Esta serie está dando mucho de qué hablar últimamente en las redes y entre los seguidores del buen manga. ¡Y tanto! Creada por Hajime Isayama, tanto el manga como la adaptación a la pequeña pantalla de Ataque a los Titanes (Shingeki no Kyojin) están siendo un éxito rotundo, en Japón y en el resto del mundo. En España la obra llega de manos de Norma Editorial.

La humanidad fue relativamente exterminada con la repentina aparición de los Titanes, criaturas humanoides de gran tamaño (3-15 metros de altura), poca inteligencia y que devoran humanos sin contemplación alguna. Un grupo reducido de humanos consiguió sobrevivir dentro de una gran zona rodeada de murallas de 50 metros, impidiendo el paso de los gigantes.
107 años más tarde, la humanidad vive pacíficamente dentro de las murallas, sin haber sido testigo del ataque de los titanes, salvo aquellos que se unen al ejército y deciden ir a explorar el mundo de allá fuera, acarreando las terribles consecuencias que conlleva salir al exterior.
Pero un día, el joven Eren, Armin y la hermana adoptiva del primero, Mikasa, presencian como un titán de 60 metros de altura jamás visto hasta la fecha derrumba la muralla, dejando que los demás titanes entren en su hogar. Eren y Mikasa presencian como su madre es devorada viva por uno de estos abominables seres y, tras sobrevivir al ataque, Eren jura unirse al ejército y eliminar a todos los titanes de la faz de la Tierra, vengando así la muerte de sus seres queridos.
Es una serie muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en el shonen/seinen de los últimos años. ¿La razón? Se podría resumir en la originalidad del autor, pero yo recalco su gran éxito con otra palabra: realismo. Esta obra refleja a gente de la vida misma, tomando decisiones que no pueden ser de lo más heroicas, pero sí lo son para salvar el pellejo. La humanidad que se refleja en los personajes es cuanto menos brillante. Por poner un ejemplo, estamos acostumbrados a que en los shonen del momento, como Naruto, Bleach, One Piece, etc, los niños se conviertan en unos expertos luchadores de la noche a la mañana y dan por hecho que enfrentarse a los malos es pan comido. En Shingeki no Kyojin esto no existe, pues aun estando preparados, no siempre el bien vence y las bajas son masivas y dolorosas. Y en los primeros capítulos ya se palpa la idea de que por mucho que deseemos hacer el bien, puede que no seamos capaces de actuar debido al miedo, un sentimiento claramente real y muy humano en una catástrofe de tal magnitud descrita en esta historia.
Os animo a todos a que le deis una oportunidad. Aparte de todo lo mencionado, la animación y la banda sonora de su adaptación a la pequeña pantalla, acompañado de un opening digno de recordar, son razones suficientes para ver algo de esta magnífica obra.
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